Cocadas (sin gluten)

cocadasCasi siempre el amor de un padre a un hijo es mayor que el de un hijo a sus padres. Y si no, juzgad vosotros mismos…
-Juanito, (5), después de haber sido achuchado y haberle dedicado un «príncipe mío, ratón de mamá, cosita mía», se cree en la obligación de corresponder a tan almibarados piropos, y lo hace de la mejor manera que sabe, puede o quiere: «mmmm, pues tú eres bastante buena, guapa y limpia, mami» (en mi defensa diré que Juanito no tiene muy claros los matices entre «demasiado», «bastante» y «muy», y los utiliza indiscriminadamente.
-Pedro, (6), está comiendo con tantas ganas y lo veo taaaan adorable, que me invade una inmensa ola de amor materno-filial y le digo: «ni te imaginas cuánto te quiero». Él pone los ojos en blanco y responde: «pues tú ni te imaginas cuánto me gustan los huevos rellenos». Me consuelo pensando que el niño come bien y que peor fue aquella otra frasecita que me dedicó hace un tiempo…
-Ahora Juanito está en cama, con los ojos medio cerrados y a punto de dormirse y yo le dedico la frase que sin duda más les repito a mis hijos: «te quiero y siempre te voy a querer», a lo que él, semiinconsciente y con un hilillo de voz, responde: «yo también te quiero «bastante» y mañana también te voy a querer». Pues nada, se ve que tendré que ir ganándome su amor día a día…
Aun así, seguiré haciéndoles ver a mis hijos cuánto les quiero, y asumiré el riesgo de sus respuestas… Eso debí de pensar aquél día que le formulé a uno de ellos una de las preguntas retóricas más estúpidas que probablemente existan: «¿Quién te quiere a tí, amor?»
-«Todos».
No era la respuesta esperada, así que insisto: «Pero quién, mi niño?»
-«A ver… papá, Pedro, la abuela, el abuelo, los primos… Mi nerviosismo crece y no me consuela pensar que no tiene problemas de autoestima, así que lo corto antes de que empiece a incluir en su lista a la parentela lejana y a los vecinos:
-«¿Y quién más, cariño mío?»
-«Tú, mami»: Y una, que es medio tonta, ya se queda tranquila.
Pues sí, el amor de un padre a un hijo es casi siempre mayor que el de un hijo a sus padres, pero estoy convencida de que así tiene que ser.

cocadas

cocadas

cocadas

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INGREDIENTES:
-250 gr de coco rallado
-250 gr de azúcar
-3 huevos

-Mezclamos bien los tres ingredientes hasta que se integren bien (con una cuchara de madera o con una espátula).
-Dejamos reposar la mezcla un par de horas.
-Metemos la mezcla en una manga pastelera con una boquilla rizada y hacemos montoncitos sobre una bandeja de horno.
-Horneamos (horno precalentado a 200 grados) unos 7-8 minutos.

Y eso es todo. Una receta fácil-facilísima para los amantes del coco. ¡Espero que os haya gustado! ¡Que paséis una muy feliz semana!!!

N.B- Nunca había tardado tanto en publicar algo en este blog; supongo que los veranos están para desconectar, queriendo o incluso sin querer, y no quería empezar esta nueva temporada sin agradeceros a todos el estar ahí, en mi vida bloguera pero sobre todo en el día a día de mi vida real. #eternamenteAgradecida #aTíATíYATí #vosotrosYaSabéisQuiénesSois #algúnDíaInstalaréLosEmoticonosEnMiPc #ahoraMeVendríaBienElDelGuiño.

5 comments

  1. Cristina Janeiro López says:

    La suerte de tenerte de vuelta!. Te echábamos de menos……!!. Preciosas fotos, tiernos comentarios y riquísimas cocadas. Te queremos guapa!!!

  2. Susana says:

    Me encantan las cocadas! Copió la receta que no la tenía. Las fotos preciosas, como siempre!! Y que entrañables las anécdotas de mis niños, para comérselos!!! Diles que la tía Nana los quiere mucho!!! Muchos besos para todos!!

  3. Tarde de hadas says:

    Marta me parto con las cosas de tus niños, yo también creo q el amor de una madre es gigante, infinito diría yo, y no puede ser correspondido igual porque no hay amor mayor, has hecho bien en desconectar del blog hay que disfrutar de las vacaciones, me encanta la receta te la copio seguro, me alegro mucho de tu vuelta bloguera bssss

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