Los recuerdos son nuestros enlaces con el pasado… con un solo click mental podemos revivir secuencias anteriores al presente, podemos hacerlo las veces que queramos y sin necesidad de ninguna máquina infernal… eso es lo que son las magdalenas caseras para mí… un enlace con los desayunos de mi infancia… por eso, y aunque pueda sonar redundante, lo del apellido «caseras» (¡sólo faltaría que lo que se hiciese aquí no fuese casero!)… aunque en realidad lo que yo he hecho es rescatarlas para vosotros, que estas magdalenas ya tienen autor y ya venían bautizadas… son las magdalenas clásicas de Xavier Barriga…
INGREDIENTES:
-210 gr de harina normal
-8 gr de levadura tipo Royal
-La ralladura de 1 limón o 1 naranja
-2 huevos grandes (aprox. 125 gr)
-175 gr de azúcar
-60 gr de leche
-190 gr de aceite de oliva suave o girasol
-1 pizca de sal
-Batimos los huevos y el azúcar con una batidora o varillas eléctricas durante 6 minutos (Th- con la mariposa en las cuchillas, 3 minutos, 37 grados, velocidad 3 1/2; una vez terminado, programamos de nuevo 3 minutos, velocidad 3 1/2).
-Vertemos la leche, el aceite y la sal y mezclamos durante unos segundos (Th- 10 segundos, velocidad 2). Yo utilicé un aceite de oliva suave (por eso de la dieta mediterránea, aunque yo sea atlántica hasta la médula) pero podéis utilizar uno de girasol si no os entusiasma el regusto que deja el de oliva.
-Incorporamos la harina, la levadura y la ralladura de limón o naranja y mezclamos ligeramente durante unos segundos (Th- ya sin la mariposa, 15 segundos, velocidad 2).
-Metemos la mezcla en la nevera y la mantenemos allí durante 1 hora como mínimo (podría dejarse toda la noche pero yo la dejé 1 hora y el resultado fue magnífico).
-Precalentamos el horno a 250 grados.
-Vertemos la mezcla en las cápsulas (llenando un poquito menos de su capacidad total) y las metemos a su vez dentro de unos moldes de metal o flaneras (para que crezcan hacia arriba y no se desparramen).
-Espolvoreamos una cucharadita de azúcar sobre cada magdalena .
-La metemos en el horno y bajamos la temperatura a 210 grados. Las horneamos hasta que estén doraditas (en mi horno unos 20 minutos pero he leído que en la mayoría con 15 minutos es suficiente).
-Por último, deciros que para que las magdalenas luzcan su característico copete (si, esa protuberancia en forma de colina) hay 3 pasos importantes que no debemos saltarnos:
1)Mantener la mezcla en la nevera.
2)Meter, a su vez, las cápsulas en otros recipientes más rígidos.
3)Tener el horno precalentado a 250 grados (y acordaros de bajarlo después a 210 grados para que no se os calcinen, claro!).
Con todo, esta receta está pensada principalmente para los que ni sabíais, ni os habíais planteado ni os importa qué es un copete ni quién es el padre de las magdalenas pero sin embargo queréis unas magdalenas caseras, sanas, ricas… y que en algunos casos os recuerden a sabores de vuestra infancia… ni más, ni menos. ¡Que tengáis un buen día!!!
Que maravilla, son las mejores que salen, con ese sabor tan auténtico!!
Te han quedado preciosas, a ver si hago para el fin de semana!!
Besotess
¡Gracias, Teresa! La verdad es que he probado unas cuantas y también me quedo con esta receta.
¡Buen fin de semana para tí también!
Besitos.
¡Tienen una pinta estupenda!, esponjosas y con una forma perfecta. Las haré, a ver si con esta receta venzo mi tendencia natural a que me queden apelmazadas y por supuesto sin copete (que me acabo de enterar de lo que es).
Besitos
No te preocupes, que para eso estoy yo, para explicarte qué es un copete, cosa que, sea dicho de paso, me enteré yo hace muy poco. Lo que importa es su sabor, su apariencia y que, al menos en mi opinión, es la receta de magdalenas a guardar.
¡Un besito!
Que delicia de magdalenas!!! Me encantan!!!
En un par horas no me vendrían nada mal para merendar!! Jejejejeje
Un besito Marta,
Sandra von Cake
¡Gracias, Sandra! Creo que te tendrás que conformar con una «virtual»…
¡Besitos!!!
Pero que copete más chulo y perfecto tienen esas magdalenas!! Y claro que sí! lo casero es lo mejor!
Un beso
Yaiza ¡Qué cosa tan dulce!
¡Gracias, Yaiza!Respecto a lo casero, creo que lo bueno, si casero, dos veces bueno; al menos ésa es mi filosofía.
Un besito.