Florentinas, «las niñas de mis ojos»

Siempre hay una receta de la que una se siente especialmente orgullosa por haber sido capaz de «construir» partiendo prácticamente de cero. No me refiero a versionar, cosa que hago constantemente. Tampoco me refiero a dar con alguna receta increíble por casualidad, cosa que también sucede alguna que otra vez. Me refiero a experimentar y llegar tú sola al resultado que quieres.
Eso fue lo que me ocurrió con esta receta. Para el que no las conozca, las florentinas son, además de unas señoras de Florencia, unas finas galletas con un sabor refinado, mezcla de almendra, naranja y chocolate y con olor a pastelería de antes… o eso me parece a mí. Después de muchos años comprándolas y preguntándome como las harían, me propuse probar a hacerlas, decidida a intentarlo concienzudamente las veces que hiciese falta hasta dar con la receta… e increíblemente el experimento salió a la primera! Si no iguales, se parecen bastante al sabor que buscaba.
La receta es sencilla pero sólo debemos ponernos manos a la obra cuando vayamos a disponer de 2 horitas por delante; pero aunque lleve su tiempo hacerlas (¡no es para tanto!) salen muchas (unas 60) y se conservan enlatadas durante más de una semana, así que se pueden regalar algunas y prepararlas unos días antes.

INGREDIENTES:

– 125 gr de mantequilla
– 200 gr de azúcar
– 1 huevo
– 120 gr de harina
– 80 gr de almendras fileteadas
– 30 gr de avena en hojuelas
– 2 cucharadas de leche
– 1/2 cucharadita de levadura tipo Royal
– 1/2 cucharadita de bicarbonato
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
– 1/3 de un tarro de confitura de naranja amarga
– chocolate para fundir

– Se derrite un poco la mantequilla y se bate con unas varillas.
– Añadimos el azúcar y seguimos batiendo.
– Añadimos el huevo y batimos.
– Añadimos la mezcla de harina+levadura en polvo+bicarbonato y batimos.
– Añadimos la avena, las almendras fileteadas y la confitura de naranja y revolvemos todo. Si nos pasamos con la cantidad de confitura nos quedarán más «chiclosas» y si nos quedamos cortos no tendrán ese toque a naranja.
– Con una cucharilla se va poniendo la mezcla en montocitos pequeños sobre una bandeja de horno forrada con papel o en un molde de galletas. La mezcla es bastante líquida así que es importante que los montocitos sean pequeños porque se nos van a desparramar bastante para que salgan unas galletas muy finitas.
– Hornearemos unos 10 ó 12 minutos a 180º aunque mi consejo es no seguir un tiempo exacto ( ya se sabe que cada horno es un mundo y un minuto de más o de menos en estas galletas tan finas puede calcinarlas o no llegar al punto tostado que necesitan); simplemente las quitaremos cuando estén muy tostaditas.
– Una vez retiradas del horno, las dejamos un par de minutos sobre la bandeja y después las quitamos con una espátula y las ponemos sobre una rejilla hasta que se enfríen.
– Cuando estén frías, fundimos el chocolate y las bañamos. Yo cubro de chocolate sólo la mitad de la galleta para que el chocolate no anule el sabor de la galleta sino que lo complemente.
-Y ahora llega la parte más interesante: dejamos que se sequen y nos las comemos! Bon appetit!

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